La celiaquía, sonaban unos párrafos: un buen discurso. Aplausos. Silencio. Otro orador, los mismos aplausos, idénticos. ¡Nada nuevo bajo el sol!
Estaba en el séptimo puesto, cuarta fila, corbata azul, el bolígrafo y el bloc de notas donado por el patrocinador, la misma empresa que fabrica pasta y galletas para celíacos. La conferencia se titula: “celiaquía”: nuevos horizontes y nuevos protocolos …”, bueno, algo así.
Sube una escalera de alfombra azul, el ponente mira a su público en su audiencia, al igual que un animal a su presa, entona algunas frases y por alguna parte se desencadenan aplausos, como un mecanismo control remoto. Una explosión fuerte de aplausos resonó en toda la sala, primero como latidos tímidos y luego ovaciones valientes. Otro orador, y la conferencia continúa su ritmo tedioso.
Para resistir todo el día a esta locura de seminario, tienes que ser un chino acostumbrado a las torturas lentas, o una esquizoide sin ningún sentido del humor. O tal vez uno realmente interesado a la celiaquía.
Entonces miras a tu alrededor y de repente los ves, están ahí sentados detrás de ti, a tu lado, alrededor,son ellos los verdaderos protagonistas de la conferencia, las primeras estrellas del espectáculo: 137 celíacos encerrados en un día de pesadilla en una sala de conferencias en el tercer piso del Hotel Royal.
Entonces me doy cuenta de que sólo si eres un verdadero celíaco, si encima has sufrido durante años los síntomas terribles de esta enfermedad debilitante,es la única manera que puedas resistir también a esta jornada e incluso ser capaz de aplaudir.
Los personajes de esta historia, de esta conferencia, tienen un dragón en el interior: un sistema inmunológico que reacciona desproporcionadamente apenas a pequeñas moléculas de gluten, una sustancia que se encuentra en casi cualquier lugar, en pasta, pan, cebada, espelta, kamut, trigo , avena, centeno, triticale. Uno sobre cien es celíaco, uno en un edificio de apartamentos, prácticamente una población de personas. Cada año cerca de 3.000 celíacos más, y un aumento del 10%. ¡Una catástrofe!
¿Es realmente toda la culpa de las multinacionales? ¿O también nuestro estilo de vida, de los OMG, del smog o del efecto invernadero? Nadie lo sabe, sin embargo, en la conferencia se habla un idioma desconocido, que sólo unos pocos seguidores celíacos y los creyentes en la fé del conocimiento perfecto, saben reconocer en esos signos el sello victorioso.
¡Hoy en día la enfermedad celíaca es verdaderamente una plaga infernal! Sería suficiente un test para determinarla y luego una dieta que va a durar toda la vida. Pero las cosas no son siempre así de simples y lineales. Esa respuesta inmune, inflama el intestino hasta la desaparición de las vellosidades intestinales y entonces no podrás digerir nada glutinoso. Todo, por así decirlo, que se desliza en el interior, y es una diarrea sin fin.
Si, sin embargo, el diagnóstico de la enfermedad celíaca es tardía se puede sufrir de tiroiditis autoinmune, alopecia, la epilepsia con la calcificación cerebral, osteoporosis, linfoma intestinal … es decir los síntomas de un niño que se ha quemado con las radiaciones de Chernobyl, la antigua Unión Soviética, a la vuelta de la esquina. Un paraíso fantasma, donde hoy estamos pagando las consecuencias más devastadoras.
Por desgracia lo de la celiaquía es insidiosa, serpentina, que va directo al corazón del problema y zacch! Te mata, ¡No! Te quema en la duda y en el dolor, se puede presentar como la diarrea y el retraso del crecimiento ya después del destete, y esto se llama típica. Luego está la que se manifiesta con anemia y se llama atípica. Incluso hay otra que es silenciosa y no tiene síntomas, se hace llama silenciosa. Y, finalmente, la otra que es el potencial que se presenta en los exámenes serológicos positivos pero con biopsia del intestino negativa.Una verdadera torre de babel de la clínica. Una verdadera plaga de la humanidad.
Sin embargo, para encontrarla, se han desarrollado una serie de análisis de IgG e IgA, hasta el último análisis que es el anti-transglutaminasa. Pero para resolverla de forma definitiva se pasea en la oscuridad, y en esos aplausos, tal vez, en las reuniones de vanagloria, es sólo otro de los síntomas de un pueblo que está harto de tanto sufrimiento.
Dieta libre de gluten: transformar una elección obligada por una alimentación sin sacrificios. Este es el nuevo eslogan de la DAPHNE LAB, laboratorios especializados en las intolerancias alimentarias.
El filósofo francés Montaigne, afirmava que “Comer es uno de los cuatro objetivos de la vida, los otros … dependen de cada individuo.”
Comer no es sólo una necesidad biológica, sino un verdadero placer de los sentidos. Una gran emoción que involucra todos los aspectos del cuerpo y de la mente.
Son muchos los que creen que es difícil hablar de la emoción relacionada con el sabor cuando se trata de intolerancia al gluten. No es así. Incluso en la enfermedad celíaca se puede comer sin ningún problema y con igual entusiasmo.
Es difícil imaginar un mundo sin gluten en la que se impida la oportunidad de acompañar los platos típicos de la región, todos los tipos de pan producidos por nuestra arte de la cocina mediterránea.
Nuestros hábitos alimenticios actuales son más culturales y emocionales que fisiológicos. A menudo nos damos cuenta de que comemos sólo para socializar o disfrutar de la ilusión de una figura simbólica sugerida por la publicidad.
Es difícil resistirse a la tentación, delante a un buffet para degustar una rebanada de mortadela o fragante riquísimo jamón york con el temor que estén contaminados con gluten en su etapa de elaboración industrial. De hecho, incluso los alimentos insospechados, podrían estar contaminados por la molécula del gluten por el mero hecho de que la industria alimentaria utiliza el gluten con el fin de amalgamar determinadas mezclas.
La estrategia ganadora en el enfoque a la alimentación sin gluten es sintonizar sus propios gustos y hábitos alimenticios hacia estilos y una dieta diferente, centrándose en lo que está permitido y no en lo que está prohibido, inclinándose hacia una dieta sin sacrificio y sin prohibiciones, más bien un estilo alimenticio cada vez más grande. Acostumbrándose a gratificar el nuevo gusto renunciando a una cosa que es el gluten, que hasta ahora ha sido parte de nuestra vida cotidiana.
Acostumbrarse a comer sin gluten significa “pensar sin gluten”, centrándose en el color y la forma de la comida, disfrutando del aroma del plato, gratificándose con el sabor del ingrediente principal, amplificar la creatividad culinaria. Investigando también la historia de platos y recetas antiguas y sin gluten.
Hoy en día, sin embargo, los profundos cambios en el estilo de vida de las personas han afectado de una manera importante la forma de comer: el consumo de comida fuera del hogar representa en la actualidad alrededor del 30% del consumo total de alimentos y se prevee otro aumento en las próximas décadas (datos del ISTAT indican un valor igual al 46% en el 2030). Esto significa que muchas empresas alimenticias deberán organizarse poniendo a disposición menús sin gluten y recetas alternativas. Del mismo modo deberán reorganizarse, cuanto antes, los comedores de las empresas y los de la escuela privada.
Lo que falta hoy en día es realmente información al celíaco y al individuo “normal”, ya que es importante crear una conciencia colectiva fuerte produciendo resultados delante a toda una variedad de estilos de consumo, que preveen siempre más el consumo de gluten en nuestra dieta .
Claro que es difícil imaginar cómo un individuo está obligado a no poder comer pizza o pan tostado. Ningún drama, sin embargo, si tenemos en cuenta que en la primera mitad del último siglo la harina más difundida, sobre todo en el norte de Italia, era la de maíz mientras la harina de pan blanco refinado sólo fue un logro de la postguerra. Ningún drama si recordamos que el trigo a los indios de Mesoamérica era absolutamente desconocido, hasta la llegada de los españoles marcados por la historia como “conquistadores”, mientras que su dieta era rica en fibras vegetales y almidones derivados del maíz y la patatas. Las patatas, incluso al principio, en Europa fueron consideradas venenosas. Incluso hoy en día, por desgracia, reina una cierta ignorancia en la mesa y en los restaurantes.
Incluso si pensamos que todo el Oriente evita el trigo porque prefiere el arroz, además de no contener gluten, es mucho más digerible y nutritivo.
Por todas estas razones, después del diagnóstico, hacemos de la necesidad una virtud, y también cuestionamos nuestras arraigadas construcciones alimenticias, hecha de hábitos, convenciones, lugares comunes.
Al romper el paradigma de la construcción alimentaria, que hasta la fecha sólo ha enriquecido la holding alimentaria y empobrecido nuestro sistema inmunológico, podemos alimentarnos de nuevos conocimientos de recetas hechas de gusto y sin gluten, menú libre de proteínas inútiles y moléculas dañinas, encontrar una vieja cultura de la comida que nos va a hacer bien a todos, y desde luego no tanto a las grandes casas alimentarias que en gluten en los últimos años, han invertido muchisimo
Muchos de los alimentos permitidos para celíacos entran ya a formar parte de la dieta diaria: Además de la polenta que pertenecen a los recuerdos de la infancia para algunos, combinados con quesos, verduras y salsas diversas, redescubrimos el inmenso placer de los menestrones de legumbres o el nuevo de las crepes preparadas con almidón de maíz o arepas venezolanas y tortillas de maíz rellenas de diversas maneras. ¿Así como las hortalizas o el pescado frito enpanado con una base de maizena y fécula de patata?. ¿O incluso una milanesa preparada con un empanado dorado de sémola de maíz? Hagámosnos sorprender por la pasta de maíz, siempre consistente y al dente, buena además para exquisitos pastas napolitanas al horno, válidas alternativas a nuestros clásicos “primeros platos”.
¿Por qué entonces, al final: quién ha decidido que el “primero” es la pasta y el “segundo” es comida? Somos víctimas de las convenciones sociales que ya es hora de romper. El momento es adecuado y por fin ha llegado el momento de que el hombre occidental e industrializado cambie los hábitos de alimentación, cambios de estilo de vida, entrar en el ámbito de una vida saludable llena de bienestar en nombre de la prevención.
También podríamos centrarnos en una comida oriental, hoy muy publicitado en las mesas occidentales: arroz, y sus múltiples aplicaciones gastronómicas, comenzando desde los aperitivos hasta los postres sin olvidar las verdaderas bellezas gastronómicas representadas por risottos por su sabor mediterráneo e itálico. Tal vez nos sorprenderá la noticia que en las distintas regiones italianas han sido “censados” más de doscientos tipos de arroz.
Después de la comida, entonces cuando es el momento del “dulcis in fundo”: el postre, la fantasía junto al ingenio será capaz de crear maravillosas y aromáticas galletas con harina de maíz, excelente pasta de almendras, crepes, tartas, flan de arroz y coloridas tartas de frutas y tartas “capreses” … una enorme lista de dulces sin gluten para una cena inolvidable para celíacos.
Pero tenga cuidado de estar bien informado y seguir los detalles de las asociaciones de referencia celíaca. El riesgo sería componer una dieta con exceso de proteínas y grasas, a expensas de los carbohidratos que en nuestra dieta diaria están representados principalmente por el pan y la pasta.
Es por eso que se recomienda a los celíacos no exagerar con los productos dietoterápicos, proporcionados por la industria del sector, ya que, además de haberlos hecho más atractivos, añadiendo grasas vegetales hidrogenadas, mantequilla y huevos, así que a menudo resultan desequilibradas desde el punto de vista nutricional desfavorable de calorías vacías y grasas industriales. Así que por hacer esto es probable que se exceda el lado equivocado de la balanza nutricional, desfavoreciendo el equilibrio nutricional que estamos buscando con tanto celo.
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