Dolor abdominal

¿Qué es?

El dolor abdominal es el dolor que se siente en cualquier lugar entre el pecho y la ingle. Esto a menudo se conoce como la región del estómago o el vientre.
Muy a menudo, el dolor es tan agudo que provoca vómitos, náuseas, fatiga, eructos, flatulencia o gruñidos estomacales o ruidos sordos.
El dolor puede ser continuo y manifestarse a través de espasmos o contracciones.
En la región abdominal se encuentran los órganos más importantes, como los intestinos, el hígado, la vesícula biliar, el páncreas, los riñones, el útero y los ovarios en la mujer. Por lo tanto, en general, el dolor puede depender de estos órganos.

Síntomas

Hay diferentes tipos de dolor asociados con diferentes condiciones de dolor abdominal:

  • Dolor tipo cólico, es decir, la presencia de cólicos continuos y recurrentes;
  • El dolor cólico se manifiesta con dolores tipo calambres en el vientre que pueden variar de leves a intensos;
  • Dolor localizado, que afecta a una región específica del abdomen.,
  • Dolor difuso, que afecta a toda la región del abdomen.

En cualquier caso, el paciente debe contactar con su médico inmediatamente si presenta dolor abdominal:

  • En caso de embarazo;
  • En caso de ictericia;
  • Si el paciente es diabético;
  • En caso de bloqueo de orina;
  • En caso de dificultad para respirar.

Diagnóstico

Su médico puede hacer un primer diagnóstico basado en su historial de síntomas, un examen físico. A continuación, sugerirán la prueba de laboratorio más adecuada a realizar.

Las principales preguntas que debe hacer el médico son:

  • Características del dolor;
  • Frecuencia del dolor;
  • Áreas dolorosas específicas;
  • Presencia o ausencia de ruidos estomacales.

Según el resultado del examen físico, el médico sugerirá una de las siguientes pruebas:

  • Conteo sanguíneo completo, para evaluar el estado de los glóbulos blancos o rojos
  • prueba de anticuerpos;
  • Prueba de alanina transaminasa (ALT), para evaluar la función hepática
  • ESR, para detectar inflamación;
  • prueba de cultivo de orina;
  • Análisis de heces, para buscar bacterias, parásitos o sangre en el tracto digestivo;
  • Examen de rayos X abdominales para evaluar la funcionalidad y la salud de los órganos de la cavidad abdominal;
  • Tomografía computarizada abdominal para evaluar malformaciones vasculares de los órganos de la cavidad abdominal;
  • Gastroscopia para confirmar o descartar la presencia de condiciones médicas;
  • Colonoscopia para confirmar o descartar la presencia de condiciones médicas en el colon.

Tratamiento farmacológico

El tratamiento farmacológico puede variar según la causa del problema:

  • Antibióticos si depende de una infección intestinal;
  • Antiácidos en caso de gastritis;
  • enzimas pancreáticas si la digestión es lenta;
  • Fármacos procinéticos en caso de estreñimiento;
  • Antidepresivos, si el dolor está relacionado con la depresión o la ansiedad.

Terapia naturopática

Diferentes hierbas tienen propiedades calmantes, antiespasmódicas, muy útiles para aliviar el dolor abdominal:

  • El comino tiene propiedades carminativas y digestivas;
  • La menta tiene propiedades antisépticas, digestivas y carminativas;
  • El hinojo estimula el peristaltismo;
  • Angélica tiene propiedades desintoxicantes;
  • El toronjil tiene propiedades antibacterianas y antiinflamatorias.

Dieta

Sin duda, una dieta correcta juega un papel importante en la prevención del dolor abdominal.
Las pautas generales son:

  • Preferir alimentos orgánicos y sin procesar de alta calidad;
  • Evitar temporalmente el gluten, en caso de sensibilidad al gluten;
  • Eliminación de lactosa, en caso de intolerancia a la lactosa;
  • Eliminar las bebidas alcohólicas;
  • Eliminar el agua mineral con gas;
  • Prefiere el café descafeinado;
  • Limite la cantidad de verduras con acción fermentativa, como la col, el brócoli, la col rizada, las espinacas o los grelos;
  • Consumir legumbres en puré o sin pelar
  • Prefiere los cereales integrales que tienen propiedades desintoxicantes y calmantes;
  • Introduce en tu dieta alimentos con acción probiótica como el kéfir, el miso, el natto o el yogur blanco sin azúcares añadidos.