Cálculos renales

¿Qué son?

Los cálculos renales, con el término litiasis renal o nefrolitiasis, se caracterizan por la formación de concreciones minerales en el tracto urinario.
La aparición de estos cálculos está ciertamente ligada a una dieta desequilibrada, aunque a veces son atribuibles a factores genéticos.
Muy a menudo, los cálculos renales son asintomáticos, pero a veces el paciente experimenta un dolor agudo y violento en la parte inferior del abdomen.
Los cálculos renales son agregados de cristales formados por la precipitación de sales minerales y sustancias particulares presentes en la orina, como calcio, oxalatos, fosfatos y ácido úrico.
Estas agregaciones se convierten en cálculos, ya sea como consecuencia de su crecimiento o como consecuencia de una disminución de la orina. Cuando esto sucede, los cálculos pueden bloquear el flujo de orina fuera de los riñones, lo que con el tiempo puede provocar infecciones graves y una posible insuficiencia renal.

Clasificación

En función de su composición, tenemos diferentes tipos de cálculos renales:

  • Cálculos de oxalato de calcio o fosfato de calcio.
  • cálculos de ácido úrico;
  • Piedras de urato de calcio;
  • piedras de cistina;
  • Piedras de urato de amonio.

Factores de riesgo

Los cálculos renales representan la condición patológica más común del tracto urinario. Entre los factores predisponentes tenemos:

  • Etnicidad (mayor difusión en la raza caucásica que en la asiática);
  • Temporada. El clima cálido tiende a desencadenar la deshidratación, que puede convertirse en una bola de nieve en la formación de cálculos. ;
  • Abuso de suplementos de sales minerales;
  • Dieta rica en grasas saturadas y sal de cocina;
  • hipertiroidismo, debido al efecto catabólico sobre la homeostasis mineral ósea;
  • hiperparatiroidismo que hace que aumenten los niveles de calcio en la sangre;
  • Deshidración;
  • Edad (mayor predisposición a partir de los 40 años).

Diagnóstico

Un cálculo renal puede ser diagnosticado por:

  • Examen químico de la orina;
  • Ultrasonido abdominal
  • urografía;
  • Tomografía computarizada espiral;

Tratamiento

El tratamiento farmacológico consiste en el uso de fármacos antispáticos, para reducir las contracciones musculares, y analgésicos para aliviar el dolor. Con mucha frecuencia se utilizan AINE, que actúan tanto en la reducción del dolor como en el aumento del peristaltismo urinario, indispensable para la expulsión de los cálculos.
Por lo general, como una intervención de emergencia en el tratamiento de cálculos renales, los médicos invitan al paciente a beber de 1 a 1,5 litros de agua poco mineralizada para facilitar la eliminación de los cálculos.

Dieta

La dieta ciertamente juega un papel importante en la prevención o el tratamiento de los cálculos renales, teniendo en cuenta que la composición de la orina también está determinada por lo que come.
Seguramente el objetivo principal sea la hidratación, que debe ser constante a lo largo del día, incrementada especialmente en verano y durante la actividad física.
Además, es necesario reducir la ingesta de sal, proteínas de origen animal, disminuir la ingesta de grasas saturadas, aumentar la de grasas monoinsaturadas o poliinsaturadas, reducir el consumo de azúcares simples, cocinar sin añadir grasas y aceite, por ello preferir la cocción al vapor. , microondas, grill o plancha.
Además, si hay cálculos de oxalato de calcio, es importante reducir la ingesta de alimentos ricos en oxalatos como espinacas, ruibarbo, acelgas, salvado de trigo, té, frutos secos, soja y derivados.
Para los cálculos de ácido úrico, es fundamental eliminar alcoholes, licores, salazones, escabeches, enlatados, ahumados, alimentos deshidratados, extractos de caldo de carne, snacks como pretzels, cacahuetes, patatas fritas, palomitas de maíz, pescado azul rico en purinas como sardinas, anchoas. , anchoas, moluscos, crustáceos, mejillones, caza, menudencias, chorizo, mortadela, salami.
Para los cálculos de cistina es necesario reducir el consumo de proteínas animales como carne, pescado, huevos y beber aproximadamente 4 litros de agua al día.
Para alcanzar la cantidad adecuada de agua, el consejo es introducir 250-300 ml de líquidos cada hora tanto de día como de noche, si es posible.

En general, las principales reglas a seguir para los cálculos renales, independientemente de su composición, son las siguientes:

  • Dar preferencia al consumo de cereales integrales, ricos en fibra, alternándolos durante la semana con cereales refinados;
  • Beba leche o yogur desnatados o parcialmente desnatados una vez al día;
  • Comer verduras bien cocidas, para eliminar los oxalatos;
  • Coma dos huevos una vez a la semana;
  • Coma legumbres dos veces por semana;
  • Coma carne roja una vez a la semana;
  • Coma carne blanca 2-3 veces a la semana;
  • Coma pescado azul al menos 3 veces por semana;
  • Coma embutidos magros y desgrasados, como jamón crudo, jamón cocido, pechuga de pavo y bresaola, una vez a la semana.