Artrosis y artritis

¿Qué es?

La osteoartritis y la artritis son enfermedades reumáticas, ambas afectan las articulaciones y se caracterizan por hinchazón y dolor en las articulaciones afectadas. Debido a que estas dos condiciones tienen síntomas similares, muy a menudo se confunden entre los pacientes. Sin embargo, son dos patologías completamente diferentes.
La artritis es una enfermedad inflamatoria crónica autoinmune, que puede desarrollarse en personas de cualquier edad, mientras que la artrosis es una enfermedad degenerativa que surge especialmente después de los 50 años.
La artritis tiene síntomas más fuertes como inflamación de las articulaciones, enrojecimiento, rigidez articular, aumento de la temperatura de la zona afectada, dolor crónico e inflamación, lo que dificulta moverse o mantenerse activo. En los casos más graves, también puede causar deformidad articular. Puede afectar a personas de todas las edades y con el tiempo la inflamación tiende a empeorar si la enfermedad no se reconoce y no se trata correctamente. Existen diferentes tipos de artritis, como la artritis reumatoide, la gota y la artritis que afecta el tejido conectivo, como el lupus eritematoso sistémico.
La osteoartritis, a diferencia de la artritis, no es una enfermedad inflamatoria, sino un trastorno crónico degenerativo. Afecta principalmente a personas de cierta edad, ya que conlleva un desgaste de las articulaciones. Aunque la osteoartritis puede dañar cualquier articulación, el trastorno afecta más comúnmente las articulaciones de las manos, las rodillas, las caderas y la columna vertebral.
La osteoartritis se produce cuando el cartílago que amortigua los extremos de los huesos de las articulaciones se deteriora gradualmente, lo que provoca la deformación de los huesos y el dolor crónico asociado.

Síntomas

Los principales síntomas de la artritis son rigidez de las articulaciones, hinchazón de las articulaciones, dificultad en el movimiento de las articulaciones, calor y enrojecimiento de las articulaciones.
Los síntomas de la artrosis pueden variar, pero se trata principalmente de rigidez y dolor en las articulaciones, sobre todo después de caminar o agacharse. En muchos casos puede llegar a provocar parálisis si afecta la espalda, las rodillas o el fémur.

Diagnóstico

Los síntomas como dolor, hinchazón, rigidez en las articulaciones deben informarse a un médico de inmediato. El diagnóstico preciso generalmente se realiza mediante un examen de rayos X, el historial del paciente o análisis de sangre.

Tratamiento

Los pacientes con artrosis recién diagnosticada deben permanecer en reposo y seguir una dieta y un estilo de vida correctos.
La fisioterapia también es una parte importante del tratamiento para la mayoría de las personas con artritis. Ejercicios como nadar o caminar ligero ayudan a mantener la movilidad articular, tonificar los músculos y aliviar el dolor.
Los ejemplos de ejercicios aeróbicos de bajo impacto que son más fáciles para las articulaciones incluyen caminar, andar en bicicleta, nadar y usar una máquina elíptica. Este tipo de ejercicios ayudan a perder peso y no sobrecargar la carga del peso corporal sobre las articulaciones y fortalecen el tono muscular. La danza ligera o el pilates relajan las articulaciones, haciéndolas más flexibles.

Dieta

Seguramente para el tratamiento o prevención tanto de la artrosis como de la artritis, es necesario seguir un estilo de vida saludable y una dieta equilibrada.
En general, para ambos casos, la dieta debe ser baja en hidratos de carbono, tanto simples como complejos, en grasas saturadas y con la cantidad adecuada de grasas buenas y proteínas nobles.
Lo importante es que haya un equilibrio adecuado entre todos los tipos de macronutrientes, ya que incluso un exceso de proteínas animales crea acidificación del pH de la sangre, lo que resulta en hipercalciura, o sustracción de calcio de los huesos y posterior pérdida en la orina.
Ciertamente, los alimentos a eliminar o reducir en frecuencia son las carnes rojas ricas en grasas saturadas y con acción inmunoestimulante, ya que al tener una herencia genética muy similar a la de los humanos, puede desencadenar condiciones de autorreactividad.
Lo mismo ocurre con la leche y sus derivados, todas las formas de cereales con gluten, como la lactosa y el gluten, son consideradas moléculas proinflamatorias por excelencia e inmunoestimulantes.
El café porque implica la formación de cristales en las articulaciones, con estados asociados de dolor e inflamación crónica.
En cambio, entre los alimentos funcionales tenemos los ricos en selenio, ya que estudios científicos demuestran que los pacientes que padecen artritis u artrosis tienen bajos niveles de selenio y un fuerte estrés oxidativo. El selenio cumple funciones muy importantes para paliar el estado sintomático de estas patologías, es decir, frena el envejecimiento celular, mejora la función de la glándula tiroides, tiene acción antioxidante y preserva la elasticidad de los tejidos.
Está presente en alimentos como las setas, el brócoli, la cebolla, el salmón, las anchoas, el bacalao, la levadura de cerveza, las nueces, las almendras, el parmesano, las alubias y las lentejas.