Arteriosclerosis

¿Qué es?

La arterioesclerosis ocurre cuando los vasos sanguíneos que transportan oxígeno y nutrientes desde el corazón al resto del cuerpo (arterias) se vuelven gruesos y rígidos, lo que a veces restringe el flujo de sangre a los órganos y tejidos. Las arterias sanas son flexibles y elásticas. Pero con el tiempo, las paredes de las arterias pueden endurecerse, una condición comúnmente llamada endurecimiento de las arterias.
Las placas están compuestas por depósitos de sustancias grasas, colesterol, productos de desecho celular, calcio y fibrina.
Los macrófagos funcionan como células inmunitarias innatas a través de la fagocitosis y la esterilización de sustancias extrañas como las bacterias. Dentro de la placa, los macrófagos toman partículas de depósito de lípidos y se transforman en células espumosas, formando lesiones ateroscleróticas tempranas y dificultando el flujo sanguíneo.
La formación de estas placas endurece las arterias, provocando una pérdida de elasticidad, que luego se traduce en una pérdida de funcionalidad.
En el mundo occidental, la arteriosclerosis representa un problema de salud primario, ligado sobre todo al estilo de vida de los países industrializados, pero si no se trata a tiempo, puede representar la aparición de patologías como ictus, infarto y angina de pecho.

Peligrosidad

La arteriosclerosis es muy peligrosa porque las placas que se forman en la pared de la arteria provocan una inflamación crónica. Con el tiempo, esta condición conduce a la ruptura de las placas, con la liberación de coágulos o trombos, que aún obstruyen más arterias y, por lo tanto, el flujo sanguíneo. Si la obstrucción del flujo sanguíneo se produce en una arteria coronaria, puede provocar un infarto. . Si la obstrucción del flujo sanguíneo ocurre en una arteria carótida, puede causar un derrame cerebral.

Síntomas

Cuando las placas crecen en número y volumen, provocan un estrechamiento luminal que obstruye el flujo de sangre al corazón. La siguiente falta de oxígeno puede afectar los miembros inferiores, el corazón y el cerebro, causando problemas como hormigueo y parálisis de los miembros inferiores, sensación de confusión mental y dolores de cabeza continuos, angina de pecho que es la presencia de una fuerte sensación de opresión en el pecho después de un fuerte estrés psicofísico.

Tratamiento farmacológico

Aunque una dieta y un estilo de vida correctos pueden ayudar a prevenir la arteriosclerosis, es muy habitual un abordaje farmacológico.
Los fármacos que se utilizan también son aquellos para bajar el colesterol, o estatinas, ya que si los niveles de colesterol en sangre son bajos, se reduce la probabilidad de formación de placa.
O bien, se prescriben anticoagulantes y agentes antiplaquetarios, diseñados para disolver los coágulos que se forman en las arterias, luego de la ruptura de las placas. Entre los principales anticoagulantes y antiagregantes plaquetarios tenemos la warfarina, la aspirina y la cardiospirina.

Dieta

Una dieta mediterránea puede ayudar a tratar o prevenir la arteriosclerosis. Las principales recomendaciones a seguir son:

  • Uso de aceite de oliva virgen extra, por su riqueza en ácidos grasos monoinsaturados con acción hipolipídica y antiinflamatoria;
  • Aumentar el consumo de vegetales, especialmente de aquellos ricos en ácido fólico, vitamina que disminuye los niveles de homocisteína en sangre, ya que los niveles elevados del siguiente metabolito en sangre también representan un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedad aterosclerótica. Entre las verduras ricas en ácido fólico tenemos las espinacas, el brócoli, la escarola, las acelgas, los nabos, los espárragos, las alcachofas, la rúcula, entre las legumbres los guisantes, garbanzos y alubias, entre las frutas los cítricos y los frutos secos como las nueces, las avellanas y los pistachos.
  • Limita tu consumo de carnes rojas a una vez por semana, dos veces por semana cortes de carne blanca como conejo, cordero, pollo y pavo, huevos y lácteos solo una vez por semana, nunca maridados con carnes rojas en el mismo día.
  • Aumentar considerablemente la frecuencia semanal de consumo de pescado, debido a su riqueza en ácidos grasos poliinsaturados de la serie omega 3 y omega 6, con acción hipolipídica y antitrombótica respectivamente.
  • Evite el consumo excesivo de sal ya que aumenta la hipertensión, imponiendo aún más resistencia al flujo sanguíneo.
  • Limite el consumo de alcohol y licores, que son dañinos para el sistema cardiovascular, en términos de aumentos tanto de triglicéridos como de hipertensión.
  •  Sería deseable consumir media copa de vino tinto en días alternos para personas de peso normal o un máximo de dos copas por semana para personas con sobrepeso u obesidad.